Lo reconozco… ¡me gustan las matemáticas! Siempre tengo algún número rondando por mi cabeza y las cosas más cotidianas las tiendo a simplificar y numerar. También, siempre me han apasionado las paradojas… esas aserciones inverosímiles que se presentan con apariencia de verdaderas.
Y de tanto jugar con números, es normal que mi cerebro tropiece, de vez en cuando, con algún absurdo. A modo de ejemplo, hace ya algún tiempo, publiqué en este blog La Paradoja del Reloj, que reza la siguiente contradicción: “Cuando mayor sea la precisión de un reloj, con menor precisión nos dará la hora”.
Tiempo y precisión se contradicen en la Paradoja del Reloj. Fuente |
Pues bien, el otro día, celebrando un aniversario en casa de unos amigos, uno de los invitados dijo: “Martín cumple 35 años y su padre hizo 70 hace un mes… Que curioso… el padre, tiene el doble de la edad del hijo”. Después de una pausa, respondí: “Bueno… de hecho, esto no tiene nada “curioso”… esta coincidencia es de lo más normal: nuestro padre (o cualquier persona) tendrá el doble de nuestra edad, cuando nosotros cumplamos la edad que él tenía cuando nacimos”. Es decir, si nuestro padre nos tuvo con 20 años, cuando nosotros cumplamos 20, el autor de nuestros días tendrá 20+20=40 años (el doble).
Esta perogrullada hizo activar mi mente y calcular diferentes posibilidades y… con la ayuda del pacharán y las risas de los comensales, concluí con un absurdo que titulé: La Paradoja de la Edad Menguante, que afirma lo siguiente:
Al momento de nacer, la edad de nuestro padre es infinitamente mayor que la nuestra. Pero, con el tiempo, acabaremos teniendo, exactamente, la misma edad.
Padre e hijo sostienen un reloj de arena. Fuente |
Esta aseveración parece del todo descabellada... ya que, nuestro padre, debería tener siempre la misma diferencia de edad respecto a nosotros. Por ejemplo: si nos tuvo con 30 años, por mucho que pase el tiempo, siempre va ha tener 3 décadas más de diferencia, ¿no? Entonces: ¿pueden explicarme donde está el “truco”?
Resolución matemática de La Paradoja de la Edad Menguante
Para entender esta paradoja, deduje una fórmula matemática que nos ayudará a razonarla adecuadamente. Esta ecuación no sólo sirve para comparar cual es la proporción entre las edades de padre e hijo, sino que podrá aplicarse a dos personas cualquiera.
Para conocer cual es la proporción entre las edades de dos personas, lo que llamaremos el factor de proporcionalidad (F), dividiremos la edad actual de la persona más mayor (Ea) por la edad actual de la más joven (T):
Por ejemplo, si un padre tiene actualmente 40 años (Ea=40) y el hijo 10 años (T=10), el padre tendrá una proporción cuatro veces mayor que la edad del hijo: F=40/10= 4.
Por otra parte, podemos considerar que la edad actual de la persona más mayor (la Ea) es igual a la edad que tenía esta persona cuando nació la más joven (la que denominaremos E) más la edad actual de la persona más joven (la T):
Para nuestro ejemplo anterior: cuando nació el hijo el padre tenía 30 años (E=30) y, actualmente, el hijo (como sabemos) tiene 10 años (T=10). Por tanto, la edad actual del padre es: Ea=30+10=40.
Si substituimos estas dos igualdades, tenemos la fórmula que necesitamos:
Siendo:
T Años transcurridos desde el nacimiento de la persona más joven (es decir: su edad actual)
E Edad que tenía la persona más mayor en el momento que nació la más joven
F Factor de proporcionalidad entre la edades de la persona más mayor respecto la más joven
Jugando con los diferentes parámetros de la fórmula y aplicando diferentes valores, podremos llegar a entender el enunciado de la paradoja.
Miremos algunos ejemplos:
Miremos algunos ejemplos:
1.- Las dos personas tienen la misma edad
En el caso de que las dos personas sean coetáneas, al tener la misma edad: la edad de la “mayor” será de 0 años en el momento de nacer la “menor”, por tanto: E = 0. Si lo aplicamos a la fórmula:
T dividido por T es igual a 1. Así pues, 2 personas nacidas el mismo año siempre tendrán un factor de proporcionalidad de sus edades unitario… ¡lógico!, porqué siempre van a tener las dos la misma edad.
Los hermanos gemelos son el caso más claro de coetaniedad (E=0). Fuente |
2.- Una persona tiene el doble de edad que otra
Este es el caso que surgió durante la cena de cumpleaños. Para que una persona tenga el doble de edad que otra, el factor de proporcionalidad entre ambas debe ser: F = 2. Si lo trasladamos a nuestra fórmula:
Aislamos la T:
Es decir, para que una persona tenga el doble de la edad de otra: la edad de la más joven (que no es más que el tiempo transcurrido T), tiene que ser igual a la edad que tenía la persona con más años, cuando nació la más joven: E.
Y esto no es más que la comprobación matemática de lo que se dijo durante la cena: Martín cumplía 35 años (T=35) y esta era la edad que tenía su padre cuando su hijo nació (E=35); por tanto, ahora su padre tiene el doble de su edad: E+T=70 años.
3.- Una persona tiene el triple de edad que otra
Si nos interesa saber cuando una persona tendrá el triple de edad que otra, el factor de proporcionalidad, en este caso, será: F = 3. Si lo aplicamos a nuestra fórmula:
Si aislamos la T:
En este caso, la edad de la persona más joven (T) tiene que ser igual a la mitad de la edad que tenía la mayor cuando la joven nació: E/2.
Por ejemplo: si nuestro padre nos tuvo con 26 años (E=26), cuando nosotros tengamos 13 años (T=26/2), nuestro padre tendrá 39 años (26+13), es decir: 3 veces más que nosotros (39/3= 13).
4.- Una persona tiene diez veces la edad de otra
Si queremos conocer cuando una persona tendrá diez veces la edad de otra, el factor de proporcionalidad deberá ser: F = 10. Si lo trasladamos a nuestra fórmula:
Si aislamos la T:
Por tanto, en este caso, la persona joven (T) tiene que ser igual a un noveno de la edad de la mayor cuando la joven nació: E/9.
Por ejemplo: si nuestro padre nos tuvo con 45 años (E=45), cuando nosotros tengamos 5 años (T=45/9), nuestro padre tendrá 50 años (45+5), es decir: 10 veces más que nosotros (50/10=5).
Envejecer. Fuente |
5.- Una persona tiene infinitas veces la edad de otra
Siguiendo esta progresión… llevada al límite, puede interesarnos cuando una persona tendrá infinitas veces la edad de otra. En este caso, el factor de proporcionalidad tenderá a infinito (F = ∞). Si lo aplicamos a nuestra fórmula:
Para que se cumpla esta igualdad, T tiene que ser igual a 0, ya que cualquier número (en este caso E), dividido por cero, es infinito:
Que el tiempo transcurrido (T) sea igual a cero, significa que estamos en el momento exacto del nacimiento de la persona más joven. Y esto no es más que la demostración de la primera parte del enunciado de la paradoja: “Al momento de nacer, la edad de nuestro padre es infinitamente mayor que la nuestra”.
6.- Proporción de las edades de dos personas al cabo del tiempo
Por último, si queremos conocer como serán las edades de dos personas después que suceda el tiempo… es decir: cuando T tienda a infinito, y lo trasladamos a nuestra fórmula:
Considerando que el valor de E es despreciable sumado a infinito, nos queda que el factor de proporcionalidad es igual a un infinito dividido por el "mismo" infinito… es decir: F tenderá a valer 1.
Un factor de proporcionalidad unitario, significa que padre e hijo son coetáneos. Y este ejemplo nos demuestra la segunda parte de la paradoja: “Pero, con el tiempo, acabaremos teniendo, exactamente, la misma edad”.
Hombre que observa el tiempo pasar... Fuente |
Conclusiones
- El parámetro E es un valor constante: una vez conocida la edad que tenía la persona mayor cuando nació la más joven, este número no variará por más que aumentemos el tiempo transcurrido (T) o el factor de proporcionalidad (F).
- El parámetro E ha de ser mayor que cero (como hemos visto en el primer ejemplo expuesto), esto significa que: para que haya una variación en el factor de proporcionalidad de las edades de dos personas, estas han de haber nacido en diferentes años.
- Los ejemplos del 2 al 5, nos han servido para comprobar que cuanto menor sea el tiempo transcurrido (T), mayor será la proporción de edades entre dos personas (F). En el límite, en el instante del nacimiento de la persona más joven (T=0), la proporción de edades entre las dos será infinita (F=∞).
- El último ejemplo, por su parte, nos ha servido para demostrar lo contrario: cuando mayor sea el tiempo transcurrido (T), menor será el factor de proporcionalidad (F). En el límite, cuando el tiempo transcurrido sea infinito (T=∞), la proporción de edades entre ambas personas será (F=1), es decir, tenderán a tener la misma edad.
Para visualizar todos los casos expuestos, podemos trazar la gráfica Factor de proporcionalidad respecto el Tiempo transcurrido (F/T) a partir de nuestra fórmula matemática (considerando E un valor constante mayor que cero). La curva resultante tendrá la siguiente forma:
Como podemos observar, la curva traza una asíntota vertical para T=0 y una horizontal para F=1.
Y estas dos asíntotas no son más que la explicación gráfica de las dos partes de la Paradoja de la Edad Menguante, veamos:
- Asíntota vertical: "Al momento de nacer (para T=0), la edad de nuestro padre es infinitamente mayor que la nuestra (F=∞)".
- Asíntota horizontal: "Pero, con el tiempo (para T=∞), acabaremos teniendo, exactamente, la misma edad (F=1)".
c.q.d.
Que esta paradoja no nos haga menguar la importancia del tiempo… ¡que importa la edad! Como un día leyó el autor: “Vivamos siempre como si fuera el último día, aprendamos como si hubiéramos de vivir eternamente”.
Junto a mi padre, disfrutando de "nuestro" tiempo. Con una proporción actual de edades de 1,67 (¡y bajando!) |
Espero que os haya gustado el escrito ¡Gracias por vuestra atención!
Humbert, m'ha encantat i m'has fet passar una bona estona amb el teu joc de números i paradoxes!!
ResponderEliminarNomés un detall: a la fórmula on sumes i divideixes per infinit... no creus que l'adequat matemàticament hauria estat aplicar límits? El límit de la variable quan el temps tendeix a infinit...
De tota manera, brillant!!
Eugènia,
EliminarMoltes gràcies per les teves paraules... m'ha fet molt de goig saber que l'has trobat interessant i t'hagi fet pensar una mica... ;-)
Sí, tens raó amb el tema dels límits... però, que aquest escrit, està pensat per tots els públics i vaig creure convenient, presentar-ho d'aquesta forma més entenedora, tot i que sigui menys formal.
Moltes gràcies de nou... una forta abraçada i fins aviat!
Humbert,
ResponderEliminarRealment les matemàtiques ho poden explicar tot i al mateix temps fer-ho més complexa!
M’ha agradat molt la teva paradoxa i m’ha fet pensar un bona estona.
1M’encanta que sempre em sorprenguis amb coses noves.
Per cer tu i jo quasi som coetanis… ;)
Felicitats per l’article!
Ptns,
Marta
Marta,
EliminarMoltes gràcies per llegir-te pacientment els meus articles "impacients"... jejeje Motes gràcies per involucrar-te i deixar un sentit comentari.
M'alegro que t'hagi agradat la paradoxa, certament... les matemàtiques ho poden explicar gairebé tot. M'alegro haver-te sorprès!!
Sí, actualment, tu i jo tenim una F=1
Petons!!
Apreciat amic Humbert,
ResponderEliminarQuan ens vam trobar per Tortosa fa uns dies, em vas dir: "L'article del mes que ve (aquest) t'agradarà especialment perquè és matemàtic i sé que a tu també t'agraden les matemàtiques". I sí, ho vas ben encertar, Humbert, és un article molt curiós i a la vegada, divertit.
També aprofito per comentar-te per aquí que l'article del mes passat (em sap molt greu, però encara no t'havia pogut comentar) també és molt interessant i sobretot transmet la teva essència i la de tots els teus articles.
Moltíssimes felicitats!
Una forta abraçada,
Àngel.
Àngel!
EliminarMoltes gràcies per llegir-te i comentar sempre els meus articles... quan dic sempre, és sempre!, inclòs ara que vas tan de corcoll amb la gravació del vostre disc, que aprofito aquí per promocionar el vostre berkami.
Espero que tot et vagi molt bé, esperant el llançament que comentarem en aquest blog.
Una forta abraçada!
Humbert, com sempre sorprenent, els teus interesos i les teves competencies van més enllà del que m'imaginaba.
ResponderEliminarUn article per rumiar-hi molt, quasi ens demostres que hem nascut abans que els nostres pares, jeje.
Enhorabona per la teva capacitat d'escriure i saber comunicar temes tant complexos com aquest.
Fins aviat! i ves sumant articles!
Jordi,
EliminarMoltes gràcies per les teves afalagadores paraules... m'omplin d'orgull i il·lusió per seguir escrivint... per seguir intentant sorprendre't, sempre!
La vida, en si mateixa, és una gran paradoxa...
Ens veiem molt aviat!
Una abraçada!
Jope,com li dones a la teva matèria gris!!!
ResponderEliminarInteressant i curiós.De fet,a mi tambè m'agradavan les matemàtiques,no se si m'agraden encara avui dia...
Si aplico la fórmula a ara mateix i ami,que en tinc 46 ja...es una canya.
Prometo fer-te un altre comentari un dia mes llucic,que segur que n'hi haurà.
Cuida't molt!!
Robert,
EliminarMoltes gràcies per llegir-te aquest enrevessat article i deixar la teva empremta.
No sé si encara t'agraden les matemàtiques, però el que sí se es que tens una ment científica molt ben estructurada... per això valoro molt la teva opinió.
Buff.. tu i jo ja tenim una F casi unitària... deu ser que ens fem vells!
Gràcies per estar aquí! Una abraçada!!
Bon article i felicitats de nou, Humbert. A mi les matemàtiques sempre m'han agradat, encara de que, de vegades, les trobo molt embolicades. Les paradoxes no m'agraden tant, les trobo sutils, però algunes molt rebuscades. No es així amb la teva en la qual utilitzes un llenguatge que pot entendre quasi tothom.
ResponderEliminarEl més important per a mí és la teva imaginació i la capacitat de fer coses noves.
Una forta abraçada
Benvolgut pare,
EliminarMoltes gràcies per llegir-te i comentar aquest escrit i haver donat la teva opinió.
M'alegro que t'hagi agradat la paradoxa que proposo i l'hagis trobat una mica interessant!
Gràcies per les teves paraules sempre d'ànims!
Una forta abraçada!
Buenos días Humbert,
ResponderEliminarLa edad infinita de uno sobre otro que requería que la edad del más joven fuera de 0 años. Me refiero a la fórmula del caso 5. El problema está en que el signo del infinito no es una cantidad concreta, sino que indica un valor mayor que cualquier otro valor. Es decir que infinito más una cantidad cualquiera es también igual a infinito.
Además, la fórmula del caso 5 se cumple porque el numerador es infinito más una cantidad. Lo de poner el denominador igual a cero es un artilugio que no añade nada porque el numerador es infinito independientemente de cualquier valor finito del denominador.
En el caso 6 el cociente de infinito partido por infinito no tiene sentido porque el infinito, como he dicho antes, no es un número concreto.
Un cordial saludo
Padre Alberca,
EliminarMuchas gracias por la deferencia que ha tenido leyéndose el escrito y dándome su ilustrada opinión.
Es un honor poder contar con un comentario suyo: de un gran jesuita... de un gran amigo!
Un cordial saludo y hasta pronto!