Este mes, en las Piedras de la Ágora, ¡toca caminar! Y… en esta ocasión, lo voy hacer solo. Solo con mis pensamientos… Solo con mis sentimientos repletos de gratos recuerdos y agradecimiento. Este mes regresan mis pasos a la Sénia: mi pueblo paterno.
Hace algo más de dos años publicaba, en este mismo blog, una ruta que titulé: La Sénia. Entre Lavaderos y Miradores. El escrito tuvo una gran repercusión, sobrepasando mis expectativas... Unos meses después, la alcaldesa de la Sénia, la Ilustrísima Marutxi Ballester, y el entonces regidor de cultura, el señor Eduard Robert, me citaban en el mismo Ayuntamiento, para pedirme que les cediera el escrito. Lo hice con gran satisfacción. Lo acabaron publicando (en dos partes) a la revista “Lo Senienc”, así como en la propia Web institucional... de hecho se trata de la única ruta urbana que nos invita a hacer el ayuntamiento: si la queréis ver, podéis visitar el siguiente enlace del Ajuntament de la Sénia.
Ajuntament de la Sénia
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Y este mismo mes de noviembre, la revista de les Terres de l'Ebre: Tot parc, ha querido comenzar su publicación, precisamente, con el escrito de los lavaderos y miradores públicos de la Sénia. Sin duda, otra muestra de afecto que a suscitado esa humilde ruta. Aquí os dejo el enlace de Tot parc de noviembre de 2014.
Pues bien, en esta ocasión, os quiero presentar otra sencilla excursión por la Sénia. La presente ruta la realicé el pasado 30 de octubre y, aun siendo una vuelta cortita, caminaremos por dos comunidades autónomas diferentes… me explico: la Sénia, da su nombre al río que, en su tramo final, es frontera natural entre Catalunya y la Comunitat Valenciana (o el “Reine”, como la llamaban antiguamente la gente del lugar).
Esta ruta tiene para mí una gran importancia sentimental: la parte catalana, la he hecho paseando muchas veces con mi padre para ir al pequeño campo de frutales que tiene en la ribera del río… De la misma manera, mi padre ya lo hacía de pequeño con su madre, la yaya Maria.
Mi padre recolectando palosantos en su huerto (octubre de 2009) |
- Tipo de ruta: Circular.
- Tiempo: 2 horas.
- Distancia: 7 kilómetros y medio.
- Desnivel: 80 metros.
- Dificultad: Baja.
- Agua: Tenemos en las zonas urbanas del recorrido.
- Equipamiento: Calzado cómodo.
Itinerario propuesto (clicad sobre la imagen para augmentarla)
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Comenzamos esta ruta des del Ayuntamiento de la Sénia. Desde su puerta principal bajamos hasta el carrer de Barcelona (la ancha calle que sube hasta aquí). Frente nosotros vemos que la calle Barcelona se trifurca convirtiéndose en la plaça de Cristòfol Colom (hay una pequeña rotonda, recientemente construida, con una palmera en su centro). Pues bien, de las tres calles juntas que salen de esta plaza, tomamos la del centro: el carrer del Parc.
Plaça Cristòfol Colom. Al centro el carrer del Parc (foto tomada desde el eje de la nueva rotonda) |
Pronto pasaremos por la sombreada plaça de Pius XII. Seguimos recto hasta la plaça de Sant Josep. Aquí la calle se bifurca, seguimos por la de la izquierda: el carrer Primer de Maig.
Plaça de Sant Josep. A la izquierda calle Primer de Maig |
A pocos metros, a mano izquierda, veremos un edificio de interés histórico: se trata del Centre Obrer.
Hecha la parada de rigor para leer el interesante plafón informativo, proseguimos por la misma calle. Cuando nos crucemos el carrer Reis Catòlics, si miramos a la izquierda, avistaremos la ruinosa entrada del Cine Club Moderno.
Continuamos por la calle Primer de Maig y nuestros pasos nos llevaran a la plaça Catalunya (a la derecha comienza el ancho passeig de la Clotada). Frente nosotros tenemos una nueva bifurcación: a la izquierda llegaríamos al Núcleo medieval de la Sénia, pero nosotros seguimos por la de la derecha: el carrer Carles I.
Al llegar a la primera calle a la izquierda, el carrer Sant Antoni, veremos el Casino: otro local con mucha solera y obligada parada. Seguimos por la calle Carlos I hasta llegar a un gran descampado de tierra con una farola al centro y una gran grada metálica. Estamos en la plaça del Clot de Pedrenya.
En el Clot de Pedrenya, desde hace unos cuantos años y durante las Fiestas Mayores de la Sénia (dedicadas a Sant Bertomeu y Sant Roc), hacen el correbous por las tardes. La grada metálica es el palco institucional y los barrotes de abajo son para que los quebradores se escapen de las embestidas de las bestias.
Cruzamos en línea recta la arenosa plaza (pasando por el lado de la grada) llegando al carrer Aragó, lo tomamos hacia la izquierda.
La calle Aragó termina al carrer Jaume I (donde encontramos la residencia y centro de día para la gente mayor). Giramos a nuestra derecha (a la izquierda, a pocos metros, tenemos el lavadero de la Noria).
La calle Jaume I se bifurca frente un edificio de sencilla arquitectura modernista. Continuamos por el paso inferior (el de la izquierda) hasta el mirador de la plaça del Bruc.
Bifurcación del carrer Jaume I frente un humilde edificio modernista |
Desde este privilegiado mirador podremos ver el valle del riu Sénia. Las cercanas tierras que oteamos a la otra parte del río ya son la Comunitat Valenciana. Como podemos observar, la Sénia se construyó al lado de un precipicio como medida defensiva natural, esto hace que algunas de sus casas queden literalmente colgadas. Esto le confiere a la localidad un bellísimo perfil, no exento de riesgos geodinámicos externos. Veremos este “skyline” cuando regresemos de nuestra ruta por la otra ribera.
Dejamos el mirador de la plaça del Bruc y continuamos por la Costa del Molí Samarro que desciende decididamente a los campos de cultivo. A media bajada, a mano derecha, veremos el Molí Samarro… estaremos saliendo así del núcleo urbano de la Sénia.
La Sénia desde bajo la Costa del Molí Samarro |
Continuamos por el camí del Molí Samarro hasta llegar a una bifurcación (hay un poste indicativo), tomamos el ramal de la izquierda, es el camí de la timba de Marraixa.
Seguimos por el camino asfaltado, caminando entre huertos. Al fondo, frente nuestro, se levanta el macizo del Port. Des de aquí, vemos como el riu Sénia lo corta en dos y abre una colosal “puerta” a este bello Parque Natural: a la derecha tenemos las cimas dels Castells, a la izquierda las de las castellonenses Lloma de la Tossa: destacando altiva la Penya de l'Àguila (atalaya natural que tanto le gusta a mi padre y... prometo, algún día, subir a su cima en su honor).
Pasaremos al lado de una construcción hidráulica, es lo Batanet. Proseguimos otro trecho hasta que el camino baja de golpe. Poco después se le acabará el alquitrán, convirtiéndose en un estrecho camino de tierra. A nuestra izquierda, cerca del lecho del río, se esconde la Font dels Capellans. Nosotros continuamos caminando al lado de una acequia: es la boquera Granyana, un ramal de la principal, llamada Sèquia Mare.
Estamos en les Hortes de la Fàbrica... aquí esta, para mí, el trocito de tierra más bonito… el lugar donde reposan felices los árboles frutales del huerto de mi padre.
La Lloma de la Tossa sobresale por encima los frutales |
Continuamos por el camino de tierra hasta un cruce de 4 caminos hormigonado. Seguimos el de la derecha (hay una pequeña placa direccional que indica camí de la boquera Granyana).
Lo subimos todo, hasta sobrepasar la Séquia Mare y llegar a un camino asfaltado que lo cruza, lo seguimos hacia la derecha (hay un poste indicativo) dirección a la Ermita dels Sants Metges.
Trazando una gran curva a la izquierda, ascendemos hasta la carretera CV-105 (que va de la Sénia a Fredes... a la Tinença de Benifassà... als Ports…). La cruzamos con sumo cuidado y subimos unos metros. Tomamos la primera entrada a la izquierda viendo ya la plazoleta donde se encuentra la Ermita dels Sants Metges (dedicada a San Cosme y San Damian).
Ermita dels Sants Metges |
Si continuaramos por el camino que nos ha traído hasta aquí, arribaríamos al hialino y encantador Toll dels Arenals... pero nosotros (hecha la visita a la capilla) regresamos hasta la carretera y, desde aquí, podemos ver a la izquierda, los terrenos donde estaba el antiguo hipòdrom de l’Ermiteta.
Y es que las carreras de caballos (y también las de burros) son una tradición muy antigua de la Sénia. Este circuito de carreras ecuestres, se utilizó durante muchos años. Actualmente, se compite en el hipòdrom del Pla de Roquillo (que encontramos cerca de la carretera del Mas de Barberans) mejor preparado y adaptado para este tipo de competiciones.
Visto el abandonado hipódromo, tomamos de nuevo la carretera CV-105 hacia la derecha y comenzamos a bajar (circulando por la izquierda y con precaución). A media bajada, cuando crucemos la Séquia Mare, a nuestra derecha podremos ver la Cova del Fesol y unas bonitas formaciones de travertino (localmente mal denominadas como piedra tosca).
Cova del Fesol des de la carretera CV-105 |
Finalmente llegaremos al pont de Malany sobre el río Sénia. Aquí abandonamos Catalunya y entramos a la Comunitat Valenciana. Si miramos hacia abajo, la vista es de vértigo y gozaremos del panorama de un angosto paso fluvial.
Pont de Malany des de la ribera catalana |
Una vez rebasado el puente, a pocos metros a la izquierda, veremos una clara entrada de tierra, la tomamos y vamos caminando por una ancha pista, dejando dos cruces menores a nuestra derecha. Finalmente llegaremos a un tercer cruce, con una cantera de gravas frente nuestro: tomamos el camino de la izquierda.
Cruce de caminos. El de la izquierda baja hacia la cantera |
Comenzamos a descender hacia la explotación de áridos (prestad atención porqué todavía está en activo). Bajamos sin perdida (dejando los cruces que entran dentro de la cantera) y proseguimos por el camino que la rodea (cruzaremos el barranc de l’Ullastre) hasta que, finalmente, dejemos la cantera atrás.
Seguimos la clara pista que avanza cerca del río Sénia. Cuando comience el asfalto, empezaremos a tener las mejores vistas del “skyline” de la Sénia desde el valle.
"Skyline" de la Sénia des de la ribera castellonense |
Nuestros pasos nos llevaran a un pequeño núcleo urbano, son les Cases del Riu. A pesar de estar pegado a la Sénia, es una población dependiente administrativamente de Rossell (curiosamente distanciada a unos cuantos kilómetros de les Cases del Riu).
El camino asfaltado por donde hemos venido, se ha convertido ahora en una calle que seguimos hasta que termina en un cruce: es el carrer Cerc. Tomamos esta calle hacia la izquierda (al fondo veremos muy cerca el campanario de la Sénia).
La calle Cerc hace un giro en L hacia la derecha, que seguimos hasta llegar a una carretera: es la CV-100 (que va de la Sénia a Rossell). Tomamos la caretera hacia la izquierda e (inmediatamente) antes de llegar al pont Nou sobre el río Sénia, veremos (a nuestra izquierda) un camino que baja hasta el pont Vell, lo tomamos hacia allí.
Carretera CV-100. Nosotros bajamos por la calle de la izquierda, hacia el pont Vell |
Cruzamos el puente viejo, disfrutando de las vistas del bosque de ribera.
Vista del Pont Nou de la Sénia (y del bosque de ribera) des del pont Vell |
Ya de nuevo en terreno catalán, nos recibirán dos molinos harineros: el molí de la Vila y el molí de Dalt o de Virgili. Los rebasamos y seguimos por el camino asfaltado que sube haciendo un giro a la derecha: es la Partida Porta del Pont.
Estamos a los pies del casco antiguo de la Sénia, veremos dos caminos escalonados que nos suben rápidamente hacia él: el primero (en la misma curva) asciende hasta el mirador de la Costa Dreta. El segundo (unos metros más adelante, a media subida) nos llevaría hasta el safareig de la Plaça y el mirador de la Plaça Major. Nosotros seguimos subiendo, plácidamente, por la Partida Porta del Pont, hasta que esta hace un giro a la izquierda, pasando a llamarse carrer de Méndez Núñez.
Continuamos por esta calle hasta el primer cruce: es el carrer de Pompeu Fabra, giramos a la derecha y proseguimos. Vamos paseando por esta arbolada calle, a nuestra derecha, veremos les escoles noves: el CEIP Jaume I.
CEIP Jaume I de la Sénia |
Continuamos hasta el final de la calle, donde se cruza el passeig del País Valencià. Giramos a la izquierda y subimos por el paseo hasta arriba del todo (dejando el lavadero del Calvari a nuestra izquierda). Llegaremos a la placeta de les Forques, la travesamos y ya veremos de nuevo el ayuntamiento.
Bajando por el carrer Tortosa, llegaremos a la entrada de la Casa de la Vila, donde podremos dar por terminada esta excursión circular.
Ahora, si bajamos hasta la plaza de Cristòfol Colom (la de la rotonda de la palmera) y miramos en frente nuestro, veremos el restaurante Casa Manolo. Es un buen momento para ir a comer sus caseros y exquisitos platos o descansar en sus cómodas habitaciones... Desde este blog, quiero agradecer profundamente a su propietario: el señor Manuel Blesa, toda la promoción que hizo del escrito de los lavaderos y miradores y por creer incondicionalmente con mi trabajo.
Espero que os haya gustado esta ruta... ¡Gracias a todos por vuestras muestras de apoyo!
¡Hasta pronto!