El motivo principal de nuestra
visita, a este encantador lugar, fue para comprobar como sus primeros moradores
habían sacado todo el provecho a ese bien escaso que es el agua, construyendo con ingenio: pozos, abrevaderos o lavaderos públicos... De hecho, una amiga de este blog, me explicó que en esta calle, también conocida como carrer de les Bugaderes (lavanderas), desde el siglo XVIII hasta mediados del siglo XX, se lavaba la ropa de fondas, hospitales y gente pudiente de la ciudad.
Mientras admirábamos y
comentábamos todos los detalles del lugar, observé que las baldosas de la calle
(que podemos ver en la foto anterior) eran de cerámica y diferían,
completamente, de las típicas utilizadas en las aceras de Barcelona.
Después de divagar un poco sobre pavimentos, Jordi acertó a decirme que este podría
ser un buen tema para un futuro artículo de este blog.
Pero antes de explicar como ha
sido cubierta por la mano del hombre esta gran ciudad, si me permiten, primero, me
gustaría “desnudarla”… ¡Sí!, quisiera desarropar Barcelona de todos sus elementos
antrópicos, para que vean de qué materiales está formada, en su interior…
Un poco de geología urbana
Barcelona se encuentra confinada
entre los ríos Llobregat y Besòs, ocupa un plano inclinado (NW-SE) que se
extiende desde la sierra de Collserola hasta el mar. Barcelona es una verdadera “cuenca de
deposición humana”, un receptáculo inagotable de materiales de construcción... pero en su subsuelo, encontramos una geología interesante y diversa.
En primer lugar, alineados a la
Serra de Collserola y englobados dentro de la ciudad, encontramos 7 cerros (ver
La Ruta dels Set Turons de Barcelona, en este mismo blog). Tanto Collserola,
como estos siete oteros, están formados por pizarras, areniscas y, en menor proporción, por calcáreas. Estos materiales se encuentran afectados por intrusiones de
granitos y granodioritas. Todas estas rocas son del Paleozoico (entre 500 y 300 millones de años) y un complejo sistema de fallas las escalona, de
forma descendente, en dirección a la actual línea de costa.
Encima de los escalones paleozoicos más bajos se asientan materiales del Neógeno. Son depósitos deltaicos del Mioceno (entre 25 i 5 millones de años), formados por areniscas arcósicas con niveles de margas y abundante registro fósil marino y botánico. Y depósitos marinos y de estuario del Plioceno (entre 5 i 2 millones de años) compuestos por limos, areniscas, margas grises y, también, abundantes restos de fauna marina. Todos estos sedimentos neógenos, afloran en relieves relativamente significativos como: la montaña de Montjuïc o el
Mont Tàber*.
*.- El Mont Tàber es una pequeña elevación del terreno (donde hoy encontramos, entre otras, la plaça Sant Jaume o la Catedral de Barcelona) y fue el lugar escogido por los romanos para instalar su primer asentamiento.
*.- El Mont Tàber es una pequeña elevación del terreno (donde hoy encontramos, entre otras, la plaça Sant Jaume o la Catedral de Barcelona) y fue el lugar escogido por los romanos para instalar su primer asentamiento.
Por último, en los llanos de
Barcelona, los materiales del Paleozoico y del Neógeno han sido cubiertos por los del Cuaternario. Se trata de depósitos del Pleistoceno (entre 2 millones y 8000 años) provinentes de abanicos aluviales y terrazas fluviales, formados por gravas, arenas, limos y arcillas rojas. Y depósitos del Holoceno
(entre 8000 años y la actualidad), situados en las partes bajas de la ciudad, compuestos por gravas, arenas, limos y arcillas; y debidos a sedimentos de
playa, antiguas marismas o por el registro
sedimentario de los deltas fluviales del Llobregat i del Besòs, ubicados a los flancos de la ciudad.
A continuación, extraído del documento: "Geologia del Pla de Barcelona des de l'Observatori Fabra" (Generalitat de Catalunya. Departament de Territori i Sostenibilitat. Institut Geològic de Catalunya. www.igc.cat), podemos ver el
mapa geológico de la ciudad de Barcelona y de su área metropolitana (clicad para
ampliarlo):
Mapa geológico de la ciudad de Barcelona y alrededores, IGC (2010)
Los atavíos de Barcelona
Hechos los debidos prolegómenos, pasemos
a analizar como ha sido tapada la heterogénea geología de esta ciudad… quedando,
salvo raro afloramiento, prácticamente toda cubierta.
Este gran “vestido”, tejido a medida
para la bella Barcelona, en primer lugar, lo forman sus edificios (si queréis
saber de que están construidas las casas, podéis leer la Geología Doméstica,
también en este blog). Para sus calles y plazas, encontramos materiales como: hormigón,
rocas ornamentales o alquitrán… para sus parques y zonas verdes: plantas, suelo
vegetal y/o tierras de relleno y agua.
Pero volviendo a la charla que
mantuve con Jordi en febrero… he de reconocer que siempre he sentido curiosidad
por los “panots” (baldosas en catalán) que pavimentan las aceras de mi ciudad. Se
tratan de losetas hechas de hormigón (cemento, arena y agua) y fabricadas a
partir de la técnica del pavimento hidráulico. Son piezas tremendamente útiles:
decorativas, resistentes al desgaste, con propiedades antideslizantes (incluso
mojadas), sufridas y fáciles de limpiar.
Este artículo se centrará con los
panots originales (de principios del siglo XX) que decoraron una ciudad en
pleno proceso de ensanche. Fue en 1916, cuando la empresa Escofet i Cia
ganó el concurso convocado por el Ayuntamiento de Barcelona para encargarse de la
fabricación del pavimento que se había de colocar al creciente entramado de
calles. Escofet i Cia presentaron hasta 8 modelos que (en menor o mayor
proporción) todavía podemos “pisar” en nuestras aceras.
1.- Panot de Gaudí
Los diseños de estos 8 panots fueron
creados por diversos artistas, del que destaca, sobre todos: Antoni Gaudí.
El genial arquitecto creó, para Escofet i Cia, una exquisita
baldosa (de forma hexagonal) que presentaba sus grabados seccionados en tres de
sus ángulos. De esta forma, el motivo (o dibujo resultante) sólo se podía
visualizar cuando se juntaban, a cada uno de los lados del hexágono, 6
baldosas más.
Pero a parte de esta obra de arte (que
podemos disfrutar en el passeig de Gràcia), Escofet
i Cia también presentó otros
7 modelos más, todos ellos de base cuadrada (de 20 centímetros de
lado y 2 de grosor). Estos panots cuadrados son: la Flor, Chocolate, Cuatro Ojos, Rastrillo, Diana, Llavero y Rosas.
2.- Panot de la
Flor
La Flor es el modelo más representativo de
las aceras de Barcelona. Sus sencillas líneas, dibujando una minimalista
margarita, es todo un símbolo del Modernismo de la ciudad. Como podéis ver, esta baldosa, es también el símbolo e icóno de Las Piedras de la Ágora.
Yo, hasta la fecha, he podido observar cuatro modelos diferentes de panots de la Flor (es posible que haya alguna otra "versión" más, si la conocéis, poneros en contacto dejándo un comentario al final de este escrito):
El modelo original, diseñado por Escofet i Cia., presentaba unos pétalos anchos, como se puede apreciar en la siguiente foto:
Curiósamente, esta baldosa, se dejó de fabricar hace décadas... gracias a la presión popular, desde los años 90, se ha vuelto a recuperar... pero el módelo actual tiene unos pétalos más pequeños, representando una margarita más compacta que la original:
Yo, hasta la fecha, he podido observar cuatro modelos diferentes de panots de la Flor (es posible que haya alguna otra "versión" más, si la conocéis, poneros en contacto dejándo un comentario al final de este escrito):
El modelo original, diseñado por Escofet i Cia., presentaba unos pétalos anchos, como se puede apreciar en la siguiente foto:
Curiósamente, esta baldosa, se dejó de fabricar hace décadas... gracias a la presión popular, desde los años 90, se ha vuelto a recuperar... pero el módelo actual tiene unos pétalos más pequeños, representando una margarita más compacta que la original:
El tercer modelo que podemos ver por nuestras aceras, es una baldosa de la Flor donde los pétalos contactan con el círculo central mediante líneas paralelas:
Panot de la Flor (de pétalos paralelos)
El último modelo, quizás más raro de ver, es uno donde los pétalos (a diferencia del modelo actual) són más grandes que los que presenta el panot original. La "flor" resultante son, en realidad, 5 círculos (parece que estemos mirando, desde arriba, 4 bolas juntas y otra más apilada encima de ellas):
Panot de la Flor (de los cinco círculos)
3.- Panot del Chocolate
Se trata de la baldosa con el diseño más
discreto de todas (dos surcos en cruz). Como su nombre indica, es como una
tableta de chocolate de 4 porciones. A pesar de su simpleza es, posiblemente,
el panot más repetido de la ciudad. Personalmente, lo encuentro demasiado
sobrio e impersonal...
Existe otro modelo de Panot del Chocolate mucho
más difícil de ver: se trata de una tableta de 9 porciones. Curiosamente, a pesar de ser un panot poco habitual en la capital catalana, lo
podemos ver, ampliamente, en aceras de otras ciudades como, por ejemplo, las de
Tortosa.
4.- Panot de los Cuatro Ojos
Esta baldosa, simplemente, es la del
Chocolate a la que le han añadido 4 círculos dentro de cada una de sus
porciones. Es un modelo que sigue manufacturándose con éxito en la actualidad.
5.- Panot del Rastrillo
El sencillo panot, de 5 franjas paralelas con 4 surcos (como si se hubiese marcado con un rastrillo), es uno de los panots originales que comienza a ser raro ver por las calles de Barcelona.
Todo el contrario le está pasando, a un "nuevo" panot del rastrillo: con 4 franjas paralelas y 3 surcos de igual grosor... Su gran éxito se debe a que, su diseño acanalado, es ideal como guía para los ciegos. Lo suelen poner en los chaflanes
para que los invidentes puedan acceder, de forma segura, hasta el bordillo de
los pasos de peatones.
Panot del Rasclet
Al igual que sucedía con el panot del Chocolate de 9 porciones, encontramos un tercer panot del rastrillo: de 6 franjas y 5 surcos; muy raro de ver en Barcelona pero habitual en otras localidades catalanas.
Panot del Rasclet (de 6 franjas)
6.- Panot de la Diana
Al igual que el Rastrillo y la Flor original, los tres modelos que quedan por exponer,
tampoco se fabrican en la actualidad… inevitablemente, pues, están
condenados a su desaparición. El primero es el de la Diana, formado por 3
surcos en círculos concéntricos.
7.- Panot del Llavero
El Llavero es, quizás, el panot que más
estima tengo... Recuerdo, de pequeño, que lo miraba y me gustaba la forma de
su grabado… pensaba que era como si hubieran “mezclado” el panot de los Cuatro
Ojos con el de la Flor. Una pena que tenga que desaparecer sin remisión…
8.- Panot de las Rosas
Hasta hace poco desconocía la existencia
de esta insólita baldosa: el panot de las Rosas o de la Rosa. Fue gracias a la información del blog Barcelofilia,
que pude visitar su reducidísima localización y conocerlo. Tiene un diseño de
bella estampa modernista… la verdad, no alcanzo a comprender como está
prácticamente extinguido…
Y aquí me tenéis caminando por mi vieja
ciudad: solo o, tal vez, acompañado… Aquí me tenéis, con la mirada baja,
imaginando que geología esconden las baldosas que ahora piso, estas losas que
entierran mil recuerdos inconfesables... Aquí me tenéis, perdido entre las
piedras de esta ágora que es el horizonte y firmamento de mi Barcelona natal.